Laboriosidad, la clave del éxito
Autora: Lourdes Hernández
Una de las actividades en la que más tiempo invertimos es en el trabajo. De las 24 horas, ocho dedicamos a dormir, ocho a actividades personales y ocho a trabajar. Al menos así debería ser una vida balanceada.
El trabajo tiene una relación total con nuestra vida. Si desde los 18 a los 65 años más o menos, dedicamos tantas horas diarias a éste, debemos tratar de:
- Aprovechar, crecer y ser felices en esa actividad.
- Obtener frutos para construir nuestro patrimonio familiar para que nuestros ingresos no se hagan agua.
Razones para descuidar el trabajo:
No es lo mío:
Mucha gente trabaja en el oficio que le den, que no necesariamente es su pasión. Debemos pensar que así son las cosas y hay que cuidar ese trabajo porque es una fortuna tenerlo. Ya llegará el momento de cambiar a lo que nos apasiona o, tal vez, encontremos pasión en la labor actual.
Me explotan:
El horario laboral es de ocho horas. Cuando se supera este tiempo, se debe pagar horas extras a menos que desde el inicio se haya acordado extender ese horario. Durante la pandemia y poco después, las empresas se vieron en la necesidad de recortar personal, de extender las horas laborales y de cubrir la pérdida con más trabajo. En la actualidad, algunas mantienen el teletrabajo que beneficia a las dos partes, y se exige que actividades, llamadas, envío de mails, no salgan del horario laboral.
No tengo la virtud de la laboriosidad:
Tal vez hemos oído la palabra mística. Tener mística es tener devoción por lo que se hace. Ser laborioso incluye esa mística y el dar un poco más cada día, cumplir a cabalidad con lo asignado y mantener la concentración en las tareas. Si no reforzamos estas virtudes y abandonamos el enfoque, comenzamos a divagar, olvidamos cuál fue el objetivo de nuestra función y la incumplimos.
Lo que está a nuestro cargo se retrasa. Incluso incurrimos en el riesgo -mayor o menor- de que el producto o servicio que manejamos se vaya deteriorando, así como nuestro prestigio. Poco a poco nos van quitando responsabilidades y podemos recibir una amonestación o llegar al despido.
Lo que es bueno, cuesta. Refuerza la laboriosidad y la mística y verás buenos resultados.
Siento que no progreso:
Lo primero que hay que hacer en este caso es plantear ideas a tu supervisor. Se puede ser intra-emprendedor, es decir crear negocios, proyectos, programas dentro del sitio en que trabajas. En caso de que no te dejen crear o tus ideas no son tomadas en cuenta, empieza a diseñar tu propio negocio y cuando lo tengas armado, busca un empleo que esté en esa línea, para que practiques lo que vas a aplicar en tu empresa. Y luego sí, a volar y progresar.
Otras razones para desmotivarnos:
- Me pagan menos de lo que merezco.
- Mi jefe es insoportable.
- Mis colegas no colaboran.
Si tienes laboriosidad y mística, encontrarás un mejor empleo porque una persona con esas virtudes brilla y es cotizada.
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